Como parte del programa de la Sociedad para la Conservación y Estudio de las Aves del Caribe y el proyecto Los Maravillosos Humedales del Caribe Insular.
Estábamos en la Laguna Cabral los días 11 y 12 de noviembre de 2006 en el Taller de Conservación de Humedales, facilitado por Juana Peña, Bolívar Cabrera y Rafael Lorenzo. Había participantes de El Peñón, Cabral, La Lista y Cristóbal. La teoría se impartió en Cristóbal y contó con una gran asistencia.
El taller trataba acerca de los humedales y estuvo apoyado por la Sociedad Ecológica de Barahona.
El domingo 12 nos reunimos en La Lista para hacer el trabajo de campo, allí nos ayudó mucho Cristian, un hombre que tiene 19 años viviendo en la zona y posee muchos conocimientos sobre la laguna, los cuales compartió con nosotros. El objetivo de la excursión era observar detenidamente la fauna y la flora de ese gran humedal que algunos llaman Laguna Rincón.
Frente al cementerio de La Lista hay un sendero, el cual fue el recomendado, la primera parada la hicimos frente a un mangle bontoncillo, estaba el terreno firme, observamos muy bien sus hojas, el fruto pequeño, redondo y poroso, sus raíces diferentes al mangle rojo.
A pocos metros el suelo había cambiado y era más flexible, tanto que a varios de los participantes se les hundieron los pies cubriendo sus calzados totalmente. Como nadie andaba con botas de goma que les llegaran hasta las rodillas, decidimos salir y tomar otro sendero, al dar un giro de 180 grados nuestra vista fue robada por la imponente Loma de la Ho.
Mientras caminábamos a la orilla de la carretera vimos una Cuyaya en una Bayahonda, se veía hermosa, un poco después Bolívar Cabrera nos enseñó el Cundeamor y me propuso un baño para que cambiara mi suerte, luego Rafael Lorenzo nos mostró un árbol que se llama Papelillo. Antes de entrar al otro sendero se nos mostró el Cagüey, un árbol endémico de la isla, miembro de las Cactaceae, familia que tiene una mala fama porque no permite que extraños se le acerquen. Es el único cactus maderable que existe en nuestra isla y que ha sido muy explotado en esta zona para fabricar sillas, mecedoras y huacales. Esta planta también la usan para remedios y últimamente se está estudiando la posibilidad de que sirva para el crecimiento del cabello, ya que los cargadores de Cagüey tenían el hombro lleno de pelos en donde cargaban la madera.
Tomamos el otro sendero, la referencia: árboles por todos lados. A los lejos, de inmediato vimos un Playero Solitario y luego cerca de nosotros vimos a un Bubú, así le dicen a las libélulas. Cuando estábamos casi al borde de la laguna observamos un precioso charco que parecía hijo de la laguna, entre el medio de ambos una vegetación y a la derecha un arbusto de Campana. Luego observamos un Playerito Solitario escoltado por tres Playeritos Corredores que efectuaban un bajo vuelo. Al fondo de la laguna, un prolongado cerro, imponente y sólido.
Aquella zona cercana a la laguna es impresionante, nos relata la existencia de millares o millones de seres vivientes, de los cuales el ser humano depende para su supervivencia, me impresionó mucho la inmensa cantidad de caracoles de diversos tamaños que había en aquella área, también vi pequeñas biejacas disecadas, como esperando que alguien fuera y las estudiara más a fondo.un arbusto de Campana. Luego observamos un Playerito Solitario escoltado por tres Playeritos Corredores que efectuaban un bajo vuelo. Al fondo de la laguna, un prolongado cerro, imponente y sólido.
Aquella zona cercana a la laguna es impresionante, nos relata la existencia de millares o millones de seres vivientes, de los cuales el ser humano depende para su supervivencia, me impresionó mucho la inmensa cantidad de caracoles de diversos tamaños que había en aquella área, también vi pequeñas biejacas disecadas, como esperando que alguien fuera y las estudiara más a fondo.
Próximo a la laguna una gran colonia de Mangle Botoncillo que parecían estar de fiesta bailando la melodía que soplaba el viento, no se si era bachata o bolero, pero ahí estaban moviéndose cadenciosamente.
De salida nos despidieron una Garza Real y un Guincho. En su mirada observé que querían que regresáramos pronto porque habíamos sido muy respetuosos con su ecosistema.
-José Núñez
Estábamos en la Laguna Cabral los días 11 y 12 de noviembre de 2006 en el Taller de Conservación de Humedales, facilitado por Juana Peña, Bolívar Cabrera y Rafael Lorenzo. Había participantes de El Peñón, Cabral, La Lista y Cristóbal. La teoría se impartió en Cristóbal y contó con una gran asistencia.
El taller trataba acerca de los humedales y estuvo apoyado por la Sociedad Ecológica de Barahona.
El domingo 12 nos reunimos en La Lista para hacer el trabajo de campo, allí nos ayudó mucho Cristian, un hombre que tiene 19 años viviendo en la zona y posee muchos conocimientos sobre la laguna, los cuales compartió con nosotros. El objetivo de la excursión era observar detenidamente la fauna y la flora de ese gran humedal que algunos llaman Laguna Rincón.
Frente al cementerio de La Lista hay un sendero, el cual fue el recomendado, la primera parada la hicimos frente a un mangle bontoncillo, estaba el terreno firme, observamos muy bien sus hojas, el fruto pequeño, redondo y poroso, sus raíces diferentes al mangle rojo.
A pocos metros el suelo había cambiado y era más flexible, tanto que a varios de los participantes se les hundieron los pies cubriendo sus calzados totalmente. Como nadie andaba con botas de goma que les llegaran hasta las rodillas, decidimos salir y tomar otro sendero, al dar un giro de 180 grados nuestra vista fue robada por la imponente Loma de la Ho.
Mientras caminábamos a la orilla de la carretera vimos una Cuyaya en una Bayahonda, se veía hermosa, un poco después Bolívar Cabrera nos enseñó el Cundeamor y me propuso un baño para que cambiara mi suerte, luego Rafael Lorenzo nos mostró un árbol que se llama Papelillo. Antes de entrar al otro sendero se nos mostró el Cagüey, un árbol endémico de la isla, miembro de las Cactaceae, familia que tiene una mala fama porque no permite que extraños se le acerquen. Es el único cactus maderable que existe en nuestra isla y que ha sido muy explotado en esta zona para fabricar sillas, mecedoras y huacales. Esta planta también la usan para remedios y últimamente se está estudiando la posibilidad de que sirva para el crecimiento del cabello, ya que los cargadores de Cagüey tenían el hombro lleno de pelos en donde cargaban la madera.
Tomamos el otro sendero, la referencia: árboles por todos lados. A los lejos, de inmediato vimos un Playero Solitario y luego cerca de nosotros vimos a un Bubú, así le dicen a las libélulas. Cuando estábamos casi al borde de la laguna observamos un precioso charco que parecía hijo de la laguna, entre el medio de ambos una vegetación y a la derecha un arbusto de Campana. Luego observamos un Playerito Solitario escoltado por tres Playeritos Corredores que efectuaban un bajo vuelo. Al fondo de la laguna, un prolongado cerro, imponente y sólido.
Aquella zona cercana a la laguna es impresionante, nos relata la existencia de millares o millones de seres vivientes, de los cuales el ser humano depende para su supervivencia, me impresionó mucho la inmensa cantidad de caracoles de diversos tamaños que había en aquella área, también vi pequeñas biejacas disecadas, como esperando que alguien fuera y las estudiara más a fondo.un arbusto de Campana. Luego observamos un Playerito Solitario escoltado por tres Playeritos Corredores que efectuaban un bajo vuelo. Al fondo de la laguna, un prolongado cerro, imponente y sólido.
Aquella zona cercana a la laguna es impresionante, nos relata la existencia de millares o millones de seres vivientes, de los cuales el ser humano depende para su supervivencia, me impresionó mucho la inmensa cantidad de caracoles de diversos tamaños que había en aquella área, también vi pequeñas biejacas disecadas, como esperando que alguien fuera y las estudiara más a fondo.
Próximo a la laguna una gran colonia de Mangle Botoncillo que parecían estar de fiesta bailando la melodía que soplaba el viento, no se si era bachata o bolero, pero ahí estaban moviéndose cadenciosamente.
De salida nos despidieron una Garza Real y un Guincho. En su mirada observé que querían que regresáramos pronto porque habíamos sido muy respetuosos con su ecosistema.
-José Núñez